Recoge ya en el senoel campo su hermosura; el cielo aojacon luz triste el amenoverdor, y hoja a hojalas cimas de los árboles despoja.
Ya Febo inclina el pasoal resplandor egeo; ya del díalas horas corta escaso;ya el malo mediodíasoplando, espesas nubes nos envía
Ya el ave vengadoradel Íbico navega los nublados,y con voz ronca llora;y el yugo al cuello, atadoslos bueyes, van rompiendo los sembrados.
El tiempo nos convidaa los estudios nobles; y la fama,Grial, a la subidadel sacro monte llama,do no podrá subir la postrer llama.
Alarga el bien guiadopaso, a la cuesta vence, y solo ganala cumbre del collado;y do más pura manala fuente, satisfaz tu ardiente gana.
No cures si el perdidoerror admira el oro, y va sedientotras un nombre fingido;que no ansi vuela al viento,cuanto es fugaz y vano aquel contento.
Escribe lo que Febote dicta favorable, que lo antiguoiguala y vence el nuevoestilo, y caro amigo,no esperes que podré atener contigo.
Que yo de un torbellinotraidor acometido y derrocadode enmedio del caminoal hondo, el plectro amado
y del vuelo las alas he quebrado.