martes, 5 de mayo de 2015

Anónimo medieval_Romancero viejo (s. XV), «Romance de la infantina»-«A cazar va el caballero...»

A cazar va el caballero,
a cazar como solía;
los perros lleva cansados,
el falcón perdido había.
Arrimarase a un roble,
alto es a maravilla.
En una rama más alta
viera estar una infantina.
Cabellos de su cabeza
todo el roble cubrían.
“No te espantes caballero
ni tengas tamaña grima.
Fija soy yo del buen rey,
y de la reina de Castilla;
siete hadas me fadaron
en brazos de una ama mía,
que andase los siete años
sola en esta montina.
Hoy se cumplían los siete años
o mañana en aquel día.
Por Dios te ruego, caballero
llevesme en tu compañía:
si quisieres por mujer;
si no, sea por amiga.”
“Espereisme vos señora,
fasta mañana aquel día;
iré yo tornar consejo
de una madre que tenia.”
La niña le respondiera
y estas palabras decía:
“Oh mal aya el caballero
que sola deja la niña;
él se va a tomar consejo
y ella queda en la montina.”
Aconsejole su madre
que la tomase por amiga.
Cuando volvió el caballero,
no la hallara en la montina.
Vido la que la llevaban
con muy gran caballería.
El caballero desque la vido
en el suelo se caía.

Desque en si hubo tornado
estas palabras decía:
“Caballero que tal pierde
muy gran pena merecía.
Yo mesmo seré el Alcalde,
yo me seré la justicia:
que le corten pies y manos 

y lo arrastren por la villa.”

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