Un rato se levanta mi esperanza;mas, cansada de haberse levantado,torna a caer, que deja, a mal mi grado,libre el lugar a la desconfianza.¿Quién sufrirá tan áspera mudanzadel bien al mal? ¡Oh corazón cansado,esfuerza en la miseria de tu estado,que tras fortuna suele haber bonanza!Yo mismo emprenderé, a fuerza de brazos,romper un monte que otro no rompiera,de mil inconvenientes muy espeso.Muerte, prisión no pueden, ni embarazosquitarme de ir a veros como quiera,desnudo espíritu u hombre en carne y hueso.
(VEGA, Garcilaso de la: Soneto IV, «Un rato se levanta mi esperanza»)
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