martes, 30 de septiembre de 2014

Leandro Fernández de Moratín (Madrid, 1760-París, 1828)[esp], _El sí de las niñas_ (1805), Acto primero, escena III (frag.) «DOÑA FRANCISCA.- ¿Nos vamos dentro […] DOÑA IRENE.- […] Honor que le corresponde.»




DOÑA FRANCISCA.- ¿Nos vamos adentro, mamá, o nos quedamos aquí?

DOÑA IRENE.- Ahora, niña, que quiero descansar un rato.

DON DIEGO.- Hoy se ha dejado sentir el calor en forma.

DOÑA IRENE.- (Refiriéndose a las monjas que han visitado.) ¡Y qué fresco tienen aquel locutorio! Está hecho un cielo […]. Mi hermana es la que está bastante delicadita. Ha padecido mucho este invierno... Pero, vaya, no sabía qué hacerse con su sobrina la buena señora. Está muy contenta de nuestra elección […]

DON DIEGO.- Sólo falta que la parte interesada tenga la misma satisfacción que manifiestan cuantos la quieren bien.

DOÑA IRENE.- Es hija obediente, y no se apartará jamás de lo que determine su madre.

DON DIEGO.- Todo eso es cierto, pero...

DOÑA IRENE.- Es de buena sangre, y ha de pensar bien, y ha de proceder con el honor que le corresponde.

(FERNÁNDEZ DE MORATÍN, Leandro: El sí de las niñas, “Primer acto”)

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