martes, 30 de junio de 2015

Luis de Góngora y Argote (Córdoba, 1561-Córdoba, 1627)[esp], _Soledades_, «Soledad primera» (versos 958-972)

 

Los árboles que el bosque habían fingido,
Umbroso Coliseo ya formando,
Despejan el ejido,
Olímpica palestra
De valientes desnudos labradores.
Llegó la desposada apenas, cuando
Feroz ardiente muestra
Hicieron dos robustos luchadores
De sus músculos, menos defendidos
Del blanco lino que del vello obscuro.
Abrazáronse, pues, los dos, y luego
—Humo anhelando el que no suda fuego—
De recíprocos nudos impedidos
Cual duros olmos de implicantes vides,
Yedra el uno es tenaz del otro muro. 

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