Árboles que tenéis corteza dura,insensible a la yedra trepadora,de terrestres amores defensora,mostráis en cambio vegetal ternura
en los últimos brotes que, en la alturadel cielo, abren los labios de su floraa la amorosa luz que en esta horaderrama en ellos toda la hermosura.
Así los hombres tengan como escudouna insensible piel a las bajezasde amor que ofenden ese noble empeño
con que alcanzar la cumbre, del bien pudoaquel que, haciendo alarde de cortezas,abrió sus flores a un celeste dueño.
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