Segundo don Juan Tenorioalma fiera e insolente,irreligioso y valiente,altanero y reñidor,siempre el insulto en los ojos,en los labios la ironía,nada teme y todo fíade su espada y su valor.Corazón gastado, mofade la mujer que cortejay hoy despreciándola dejala que ayer se le rindió.Ni el porvenir temió nunca,ni recuerda en lo pasadola mujer que ha abandonado,ni el dinero que perdió.No vio el fantasma entre sueñosdel que mató en desafío,ni turbó jamás su bríorecelosa previsión.Siempre en lances y en amores,siempre en báquicas orgías,mezcla en palabras impíasun chiste a una maldición.En Salamanca famosopor su vida y buen talanteal atrevido estudiantele señalan entre mil;fueros le da su osadía,le disculpa su riqueza,su generosa nobleza,su hermosura varonil.Que su arrogancia y sus vicios,caballeresca apostura,agilidad y bravuraninguno alcanza igualar;que hasta en sus crímenes mismos,en su impiedad y altiveza,pone un sello de grandezadon Félix de Montemar.
ESPRONCEDA, José de:
El estudiante de Salamanca
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