Dícenos Salomón y dice verdad,que las cosas del mundo todas son vanidad,todas perecederas que se van con la edad;salvo el amor de Dios, todas son liviandad. [...]Amor hace sutil a quien es hombre rudo;convierte en elocuente al que antes era mudo,quien antes fue cobarde, después todo lo pudo;al perezoso obliga a ser presto y agudo. [...]Una falta le hallo al Amor poderosola cual a vos, señoras, descubrirla no oso;pero no me toméis por decidor medroso,aquí está: que el Amor es un gran mentiroso.Pues según os he dicho en anterior conseja,lo torpe, con amor, a todo bien semeja.parece cosa noble lo que vale una arveja,lo que parece no es: aplica bien la oreja.Si las manzanas siempre tuvieran tal saborpor dentro como tienen por fuera buen color,no habría entre las plantas fruta de tal valor.Se pudren enseguida, pero ¡dan buen olor!Lo mismo es el Amor; con su palabra llenacualquier cosa que diga siempre parece buena;no siempre es un cantar el ruido que suena,por advertiros esto, señoras, no os dé pena.
(ARCIPRESTE DE HITA: Libro de Buen Amor)
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