Vino primero pura,vestida de inocencia;y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;y la fui odiando sin saberlo.
Llegó a ser una reinafastuosa de tesoros...¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
Más se fue desnudandoy yo le sonreía.
Se quedó con la túnicade su inocencia antigua.Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnicay apareció desnuda toda.¡Oh pasión de mi vida, poesíadesnuda, mía para siempre!
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