lunes, 2 de marzo de 2015

Luis de Góngora y Argote (Córdoba, 1561-Córdoba, 1627)[esp], _Soledades_, «Canto nupcial»

 

                Canto nupcial

 
CORO I
«Ven, Himeneo, ven donde te espera
Con ojos y sin alas un Cupido,
Cuyo cabello intonso dulcemente
Niega el vello que el vulto ha colorido:
El vello, flores de su Primavera,
Y rayos el cabello de su frente.
Niño amó la que adora adolescente,
Villana Psiques, Ninfa labradora
De la tostada Ceres. Ésta, ahora,
En los inciertos de su edad segunda
Crepúsculos, vincule tu coyunda
A su ardiente deseo.
Ven, Himeneo, ven; ven, Himeneo


CORO II
«Ven, Himeneo, donde, entre arreboles
De honesto rosicler, previene el día,
—Aurora de sus ojos soberanos—
Virgen tan bella, que hacer podría
Tórrida la Noruega con dos Soles
Y blanca la Etïopia con dos manos.
Claveles del Abril, rubíes tempranos,
Cuantos engasta el oro del cabello,
Cuantas —del uno ya y del otro cuello
Cadenas— la concordia engarza rosas,
De sus mejillas, siempre vergonzosas,
Purpúreo son trofeo
Ven, Himeneo, ven; ven, Himeneo

CORO I
«Ven, Himeneo, y tantas le dé a Pales
Cuantas a Palas dulces prendas esta
Apenas hija hoy, madre mañana.
De errantes lilios unas la floresta
Cubran: corderos mil, que los cristales
Vistan del río en breve undosa lana;
De Aracnes otras la arrogancia vana
Modestas acusando en blancas telas,
No los hurtos de Amor, no las cautelas
De Júpiter compulsen: que, aun en lino,
Ni a la pluvia luciente de oro fino,
Ni al blanco cisne creo.
Ven, Himeneo, ven; ven, Himeneo


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