sábado, 18 de julio de 2015

Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)[esp], «A la mar»

   
La voluntad de Dios por grillos tienes, 
Y escrita en la arena, ley te humilla; 
y por besarla llegas a la orilla, 
mar obediente, a fuerza de vaivenes.
En tu soberbia misma te detienes, 
que humilde eres bastante a resistilla; 
a ti misma tu cárcel maravilla, 
rica, por nuestro mal, de nuestros bienes.
¿Quién dio al pino y la haya atrevimiento 
de ocupar a los peces su morada, 
y al Lino de estorbar el paso al viento?
Sin duda el verte presa, encarcelada, 
la codicia del oro macilento, 
ira de Dios al hombre encaminada.

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