De pronto, el airese abatió, encendido,cayó, como una espada,sobre la tierra. Oh, sí,recuerdo los clamores.
Entre el humo y la sangre,miré los murosde la patria mía,como ciego mirépor todas partes,buscando un pecho,una palabra, algodonde esconder el llanto.
Y encontré sólo muerte,ruina y muertebajo el cielo vacío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario