Quítame el pan, si quieres,quítame el aire, perono me quites tu risa.No me quites la rosa,la lanza que desgranas,el agua que de prontoestalla en tu alegría,la repentina olade plata que te nace.Mi lucha es dura y vuelvocon los ojos cansadosa veces de haber vistola tierra que no cambia,pero al entrar tu risasube al cielo buscándomey abre para mi todaslas puertas de la vida.Amor mío, en la horamás oscura desgranatu risa, y si de prontoves que mi sangre manchalas piedras de la calle,ríe, porque tu risaserá para mis manoscomo una espada fresca.Junto al mar en otoño,tu risa debe alzarsu cascada de espuma,y en primavera, amor,quiero tu risa comola flor que yo esperaba,la flor azul, la rosade mi patria sonora.Ríete de la noche,del día, de la luna,ríete de las callestorcidas de la isla,ríete de este torpemuchacho que te quiere,pero cuando yo abrolos ojos y los cierro,cuando mis pasos van,cuando vuelven mis pasos,niégame el pan, el aire,la luz, la primavera,pero tu risa nuncaporque me moriría.
Un lugar común de los estudiantes de Literatura española donde publicamos una antología de textos seleccionados por nosotros mismos con el fin de aprender a conocernos mejor a través de las ideas y sentimientos de los más variados personajes que pueblan nuestro universo literario.
jueves, 2 de julio de 2015
Pablo Neruda. Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto (Parral, Chile, 1904-Santiago de Chile, 1973)[chl], _Los versos del capitán_ (1952), «Tu risa»
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