Este llano, este bosque, esta montañaen miniatura y casi ciudadanos,tienen ya bajo el cielo de septiembreaire puro, sol claro,rumor de esquilas, paz en largas horasy el silencio sonoro de los campos.Polvorientas ovejascaminan en el vahode la tarde, a lo lejos.El remoto balido del rebañoes la voz que la cálida llanuradilata, mansa, hacia el poniente cárdeno.Oigo en mi huerto el aguacorrer, y al hortelanocavar la tierra. En torno, la arboledacabecea y suspira...El aire, en tanto,rumor, fresco y aromasy mariposas blancas toma en brazos.
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