Niña, arranca las rosas, no esperes a mañana.Córtalas a destajo, desaforadamente,sin pararte a pensar si son malas o buenas.Que no quede ni una. Púlete los rosalesque encuentres a tu paso y deja las espinaspara tus compañeras de colegio. Disfrutade la luz y del oro mientras puedas y rindetu belleza a ese dios rechoncho y melancólicoque va por los jardines instilando veneno.Goza labios y lengua, machácate de gustocon quien se deje y no permitas que el otoñote pille con la piel reseca y sin un hombre(por lo menos) comiéndote las hechuras del alma.Y que la negra muerte te quite lo bailado.
(CUENCA, Luis Alberto de: “Collige,virgo, rosas” )
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