miércoles, 11 de diciembre de 2013

Arcipreste de Hita. Juan Ruiz (Alcalá de Henares, c.1284-c.1351)[esp], _Libro de buen amor_ (1330 y 1343), «Don Melón y doña Endrina» (frag.)




     ¡Ay, Dios, cuán hermosa viene doña Endrina por la plaza!
¡Ay, qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garza!
¡Qué cabellos, qué boquita, qué color, qué buenandanza!
Con saetas de amor hiere cuando los sus ojos alza.

     Pero tal lugar no era para conversar de amores;
acometiéronme luego muchos miedos y temblores,
los mis pies y las mis manos no eran de sí señores,
perdí seso, perdí fuerza, mudáronse mis colores.

     Unas palabras tenía pensadas para decir,
la vergüenza ante la gente otras me hace proferir;
apenas era yo mismo, sin saber por dónde ir;
mis dichos y mis ideas no conseguían seguir.

     Hablar con mujer en plaza es cosa muy descubierta
y, a veces, mal perro atado está tras la puerta abierta;
es bueno disimular, echar alguna cubierta,
pues sólo en lugar seguro se puede hablar cosa cierta.

(ARCIPRESTE DE HITA, Juan Ruiz: Libro del buen amor, “Don Melón y doña Endrina’’)

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