[JORNADA V. ESCENA SEXTA]DON ALFONSO.- Ya lo conseguiste… ¡Dios mío! ¡Confesión! Soy cristiano… Perdonadme… salva mi alma…DON ÁLVARO (Suelta la espada y queda como petrificado.).- ¡Cielos!... ¡Dios mío!... ¡Santa Madre de los Ángeles!... ¡Mis manos tintas en sangre…, en la sangre de Vargas!...DON ALFONSO.- ¡Confesión!, ¡confesión!... Conozco mi crimen y me arrepiento… Salvad mi alma, vos que sois ministro del Señor…DON ÁLVARO (Aterrado.).- ¡No, yo no soy más que un réprobo, presa infeliz del demonio! Mis palabras sacrílegas aumentarían vuestra condenación. Estoy manchado de sangre, soy irregular…Pedid a Dios misericordia… Y… esperad…, cerca vive un santo penitente…, podrá absolveros… Pero está prohibido acercarse a su mansión… ¿Qué importa? Yo que he roto todos los vínculos, que he hollado todas las obligaciones… […](Don Álvaro corre hasta la puerta de la ermita. El ermitaño que vive apartado en ella resulta ser doña Leonor, la enamorada de don Álvaro y hermana de don Alfonso, a quien ambos creían muerta. Es ya la escena VII.)DON ÁLVARO (Retrocediendo horrorizado por la montaña abajo.).- ¡Una mujer!... ¡Cielos!... ¡Qué acento!... ¡Es un espectro!... Imagen adorada… ¡Leonor! ¡Leonor!DON ALFONSO (Como queriéndose incorporar.).- ¡Leonor!... ¿Qué escucho? ¡Mi hermana!DOÑA LEONOR (Corriendo detrás de DON ÁLVARO.).- ¡Dios mío! ¿Es don Álvaro?... Conozco su voz… Él es… ¡Don Álvaro!DON ALFONSO.- ¡Oh furia! Ella es… ¡Estaba aquí con su seductor!... ¡Hipócritas!... ¡Leonor!!!DOÑA LEONOR.- ¡Cielos!... ¡Otra voz conocida!... ¿Mas qué veo?... (Se precipita hacia donde ve a DON ALFONSO.)DON ALFONSO.- ¡Ves al último de tu infeliz familia!DOÑA LEONOR (Precipitándose en los brazos de su hermano.).- ¡Hermano mío!... ¡Alfonso!DON ALFONSO (Hace un esfuerzo, saca un puñal, y hiere de muerte a LEONOR.).- Toma, causa de tantos desastres, recibe el premio de tu deshonra… Muero vengado. (Muere.)DON ÁLVARO.- ¡Desdichado!... ¿Qué hiciste?... ¡Leonor! ¿Eras tú?... ¿Tan cerca de mí estabas?... ¡Ay! (Sin osar acercarse a los cadáveres.) Aún respira…, aún palpita aquel corazón todo mío… Ángel de mi vida…, vive, vive…, yo te adoro… ¡Te hallé, por fin…, sí, te hallé…muerta! (Queda inmóvil.)[ESCENA ÚLTIMA](Hay un rato de silencio; los truenos resuenan más fuertes que nunca, crecen los relámpagos, y se oye cantar a lo lejos el “Miserere” a la comunidad, que se acerca lentamente.)VOZ DENTRO.- Aquí, aquí; ¡qué horror! (DON ÁLVARO vuelve en sí, y luego huye hacia la montaña. Sale el PADRE GUARDIÁN con la comunidad, que queda asombrada.)PADRE GUARDIÁN.- ¡Dios mío!... ¡Sangre derramada! ¡Cadáveres!... ¡La mujer penitente!TODOS LOS FRAILES.- ¡Una mujer!... ¡Cielos!PADRE GUARDIÁN.- ¡Padre Rafael!DON ÁLVARO (Desde un risco, con sonrisa diabólica, todo convulso, dice:).- Busca, imbécil, al Padre Rafael… Yo soy un enviado del infierno, soy el demonio exterminador… Huid, miserables.TODOS.- ¡Jesús, Jesús!DON ÁLVARO.- Infierno, abre tu boca y trágame. Húndase el cielo, perezca la raza humana; exterminio, destrucción… (Sube a lo más alto del monte y se precipita.)EL PADRE GUARDIÁN Y LOS FRAILES (Aterrados y en actitudes diversas.).- ¡Misericordia, Señor! ¡Misericordia!
(Duque de Rivas: Don Álvaro o la fuerza del sino)
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