martes, 3 de diciembre de 2013

Duque de Rivas. Ángel de Saavedra y Ramírez de Baquedano (Córdoba, 1791-Madrid, 1865)[esp], _Don Álvaro o la fuerza del sino_ (1835), jornada V, escena VI «Ya lo conseguiste […] ¡Misericordia!»


[JORNADA V. ESCENA SEXTA]
DON ALFONSO.- Ya lo conseguiste… ¡Dios mío! ¡Confesión! Soy cristiano… Perdonadme… salva mi alma…
DON ÁLVARO (Suelta la espada y queda como petrificado.).- ¡Cielos!... ¡Dios mío!... ¡Santa Madre de los Ángeles!... ¡Mis manos tintas en sangre…, en la sangre de Vargas!...
DON ALFONSO.- ¡Confesión!, ¡confesión!... Conozco mi crimen y me arrepiento… Salvad mi alma, vos que sois ministro del Señor…
DON ÁLVARO (Aterrado.).- ¡No, yo no soy más que un réprobo, presa infeliz del demonio! Mis palabras sacrílegas aumentarían vuestra condenación. Estoy manchado de sangre, soy irregular…Pedid a Dios misericordia… Y… esperad…, cerca vive un santo penitente…, podrá absolveros… Pero está prohibido acercarse a su mansión… ¿Qué importa? Yo que he roto todos los vínculos, que he hollado todas las obligaciones… […]
(Don Álvaro corre hasta la puerta de la ermita. El ermitaño que vive apartado en ella resulta ser doña Leonor, la enamorada de don Álvaro y hermana de don Alfonso, a quien ambos creían muerta. Es ya la escena VII.)
DON ÁLVARO (Retrocediendo horrorizado por la montaña abajo.).- ¡Una mujer!... ¡Cielos!... ¡Qué acento!... ¡Es un espectro!... Imagen adorada… ¡Leonor! ¡Leonor!
DON ALFONSO (Como queriéndose incorporar.).- ¡Leonor!... ¿Qué escucho? ¡Mi hermana!
DOÑA LEONOR (Corriendo detrás de DON ÁLVARO.).- ¡Dios mío! ¿Es don Álvaro?... Conozco su voz… Él es… ¡Don Álvaro!
DON ALFONSO.- ¡Oh furia! Ella es… ¡Estaba aquí con su seductor!... ¡Hipócritas!... ¡Leonor!!!
DOÑA LEONOR.- ¡Cielos!... ¡Otra voz conocida!... ¿Mas qué veo?... (Se precipita hacia donde ve a DON ALFONSO.)
DON ALFONSO.- ¡Ves al último de tu infeliz familia!
DOÑA LEONOR (Precipitándose en los brazos de su hermano.).- ¡Hermano mío!... ¡Alfonso!
DON ALFONSO (Hace un esfuerzo, saca un puñal, y hiere de muerte a LEONOR.).- Toma, causa de tantos desastres, recibe el premio de tu deshonra… Muero vengado. (Muere.)
DON ÁLVARO.- ¡Desdichado!... ¿Qué hiciste?... ¡Leonor! ¿Eras tú?... ¿Tan cerca de mí estabas?... ¡Ay! (Sin osar acercarse a los cadáveres.) Aún respira…, aún palpita aquel corazón todo mío… Ángel de mi vida…, vive, vive…, yo te adoro… ¡Te hallé, por fin…, sí, te hallé…muerta! (Queda inmóvil.)
[ESCENA ÚLTIMA]
           (Hay un rato de silencio; los truenos resuenan más fuertes que nunca, crecen los relámpagos, y se oye cantar a lo lejos el “Miserere” a la comunidad, que se acerca lentamente.)
           VOZ DENTRO.- Aquí, aquí; ¡qué horror! (DON ÁLVARO vuelve en sí, y luego huye hacia la montaña. Sale el PADRE GUARDIÁN con la comunidad, que queda asombrada.)
           PADRE GUARDIÁN.- ¡Dios mío!... ¡Sangre derramada! ¡Cadáveres!... ¡La mujer penitente!
           TODOS LOS FRAILES.- ¡Una mujer!... ¡Cielos!
           PADRE GUARDIÁN.- ¡Padre Rafael!
           DON ÁLVARO (Desde un risco, con sonrisa diabólica, todo convulso, dice:).- Busca, imbécil, al Padre Rafael… Yo soy un enviado del infierno, soy el demonio exterminador… Huid, miserables.
           TODOS.- ¡Jesús, Jesús!
           DON ÁLVARO.- Infierno, abre tu boca y trágame. Húndase el cielo, perezca la raza humana; exterminio, destrucción… (Sube a lo más alto del monte y se precipita.)
           EL PADRE GUARDIÁN Y LOS FRAILES (Aterrados y en actitudes diversas.).- ¡Misericordia, Señor! ¡Misericordia!
(Duque de Rivas: Don Álvaro o la fuerza del sino)

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