lunes, 13 de enero de 2014

Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 1836-Madrid, 1870)[esp], _Rima IV_ «No digáis que agotado su tesoro…»


No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira.
Podrá no haber poetas; pero siempre
             habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso

Palpiten encendidas;

Mientras el sol las desgarradas nubes

De fuego y oro vista;

Mientras el aire en su regazo lleve

Perfumes y armonías,

Mientras haya en el mundo primavera,

            ¡Habrá poesía!

 

Mientras la ciencia a descubrir no alcance

Las fuentes de la vida,

Y en el mar o en el cielo haya un abismo

Que al cálculo resista;

Mientras la humanidad siempre avanzando

No sepa a dó camina;

Mientras haya un misterio para el hombre,

         ¡Habrá poesía!

 

Mientras sintamos que se alegra el alma

Sin que los labios rían;

Mientras se llora sin que el llanto acuda

A nublar la pupila;

Mientras el corazón y la cabeza

Batallando prosigan;

Mientras haya esperanzas y recuerdos,

          ¡Habrá poesía!

 

Mientras haya unos ojos que reflejen

Los ojos que los miran;

Mientras responda el labio suspirando

Al labio que suspira;

Mientras sentirse puedan en un beso

Dos almas confundidas;

Mientras exista una mujer hermosa,

         ¡Habrá poesía!







(ADOLFO BÉCQUER, Gustavo: Rimas, “Rima IV”)

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