DON JUAN.- Como gustéis, igual es,
que nunca me hago
esperar.
Pues, señor, yo desde
aquí,
buscando mayor espacio
para mis hazañas, di
sobre Italia, porque
allí
tiene el placer un
palacio.
De la guerra y del amor
antigua y clásica
tierra,
y en ella el Emperador,
con ella y con Francia
en guerra,
díjeme: «¿Dónde mejor?
Donde hay soldados hay
juego,
hay pendencias y
amoríos».
Di, pues, sobre Italia
luego,
buscando a sangre y a
fuego
amores y desafíos.
En Roma, a mi apuesta fiel,
fijé entre hostil y
amatorio,
en mi puerta este
cartel:
Aquí está don Juan
Tenorio
para quien quiera algo
de él.
De aquellos días la
historia
a relataros renuncio;
remítome a la memoria
que dejé allí, y de mi
gloria
podéis juzgar por mi
anuncio.
Las romanas caprichosas,
las costumbres
licenciosas,
yo gallardo y calavera,
¿quién a cuento redujera
mis empresas amorosas?
Salí de Roma por fin
como os podéis figurar,
con un disfraz harto
ruin
y a lomos de un mal
rocín,
pues me quería ahorcar.
(ZORRILLA, José:
Don Juan Tenorio, Escena XII, acto I, Primera Parte)
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