-Escribidme
una carta, señor cura.
-Ya sé
para quien es.
-¿Sabéis
quién es, porque una noche oscura
nos
visteis juntos?
-Pues.
-Perdonad,
mas…
-No extraño ese tropiezo,
la
noche…, la ocasión…
Dadme
pluma y papel. Gracias. Empiezo:
Mi querido Ramón:
-¿Querido?...
Pero, en fin, ya lo habéis puesto…
-Si
no queréis…
-¡Sí,
sí!
-¡Qué
triste estoy! ¿No es eso?
-Por supuesto.
-¡Qué
triste estoy sin ti!
Una
congoja, al empezar, me viene…
-¿Cómo
sabéis mi mal?...
-Para
un viejo, una niña siempre tiene
el pecho de cristal.
-¿Qué
es sin ti el mundo? Un valle de amargura.
¿Y contigo? Un edén.
-Hacer
la letra clara, señor cura,
que lo
entienda eso bien.
-El
beso aquél que de marchar a punto
te di…
-¿Cómo sabéis…?
-Cuando
se va y se viene y se está junto,
siempre… No os afrentéis.
Y
si volver tu afecto no procura
tanto
me harás sufrir…
-¿Sufrir
y nada más? No, señor cura,
¡que me
voy a morir!
-¿Morir?
¿Sabéis que es ofender al cielo?...
-Pues sí, señor: ¡morir!
-Yo
no pongo morir. -¡Qué hombre de hielo!
¡Quién supiera escribir!
CAMPOAMOR, Ramón de, Doloras, "¡Quién supiera escribir!"
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