Leyendo un claro díamis bien amados versos,he visto en el profundoespejo de mis sueños
que una verdad divinatemblando está de miedo,y es una flor que quiereechar su aroma al viento.El alma del poetase orienta hacia el misterio.Sólo el poeta puedemirar lo que está lejosdentro del alma, en turbioy mago sol envuelto.En esas galerías,sin fondo, del recuerdo,donde las pobres gentescolgaron cual trofeo
el traje de una fiestaapolillado y viejo,allí el poeta sabeel laborar eternomirar de las doradasabejas de los sueños.Poetas, con el almaatenta al hondo cielo,en la cruel batallao en el tranquilo huerto,
la nueva miel labramoscon los dolores viejos,la veste blanca y purapacientemente hacemos,y bajo el sol bruñimosel fuerte arnés de hierro.El alma que no sueña,el enemigo espejo,proyecta nuestra imagencon un perfil grotesco.
Sentimos una olade sangre, en nuestro pecho,que pasa... y sonreímos,y a laborar volvemos.
(MACHADO,
Antonio: Poesía completa.
"Introducción a los sueños")
No hay comentarios:
Publicar un comentario