¡Oh
dulces prendas por mi mal halladas,
dulces
y alegres cuando Dios quería!
Juntas
estáis en la memoria mía,
y
con ella en mi muerte conjuradas.
¿Quién
me dijera, cuando las pasadas
horas
en tanto bien por vos me vía,
que
me habíais de ser en algún día
con
tan grave dolor representadas?
Pues
en una hora junto me llevastes
todo
el bien que por término me distes,
llevadme
junto al mal que me dejastes.
Si
no, sospecharé que me pusistes
en
tantos bienes, porque deseastes
verme
morir entre memorias tristes.
(Vega, Garcilaso de la: Soneto X , «¡Oh, dulces prendas por mi mal halladas»)
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