domingo, 2 de febrero de 2014

Anónimo medieval_Romancero viejo (s. XV), «Cabalga Diego Laínez...»




Cabalga Diego Laínez
al buen rey besar la mano,
consigo se los llevaba
los trescientos hijosdalgo,
entre ellos iba Rodrigo,
el soberbio castellano.
Todos cabalgaban a la mula,
sólo Rodrigo a caballo;
todos visten oro y seda,
Rodrigo va bien armado,
todos guantes olorosos,
Rodrigo guante mallado;
todos con sendas varicas,
Rodrigo estoque dorado;
todos sombreros muy ricos,
Rodrigo casco afinado,
y encima del casco lleva
un bonete colorado.
Andando por su camino,
unos con otros hablando,
allegados son a Burgos,
con el rey han encontrado.
Los que vienen con el rey
entre sí van razonando;
unos lo dicen de quedo,
otros lo van publicando:
—Aquí viene entre esta gente
quien mató al conde Lozano.[...]
Se apean los de Vivar
para al rey besar la mano;
Rodrigo se quedó solo
encima de su caballo.
Entonces habló su padre,
bien oiréis lo que le ha hablado:
—Apeaos vos, mi hijo,
besaréis al rey la mano,
porque él es vuestro señor,
vos, hijo, sois su vasallo.
—Si otro me dijera eso,
ya me lo hubiera pagado;
mas por mandarlo vos, padre,
lo haré, aunque no de buen grado.
Ya se apeaba Rodrigo
para al rey besar la mano;
al hincarse de la rodilla
al estoque se ha arrancado.
Espantose de esto el rey,
y dijo como turbado:
—¡Quítate, Rodrigo, allá,
quita, quítate allá, diablo,
que el gesto tienes de hombre
y los hechos de león bravo!
Como Rodrigo esto oyó,
apriesa pide el caballo;
con una voz alterada,
contra el rey así ha hablado:
—Por besar mano de rey
no me tengo por honrado;
porque la besó mi padre
me tengo por afrentado.
—En diciendo estas palabras,
salido se ha del palacio;
consigo se los tornaba
los trescientos hijosdalgo.
Si bien vinieron vestidos,
volvieron mejor armados,
y si vinieron en mulas,
todos vuelven en caballo.

(MENÉNDEZ PIDAL, Ramón: Flor nueva de romances viejos)

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