I
Después que nací,
no vi tal serrana
como esta mañana.
II
Allá en la vegüela
a Matalespino,
en ese camino
que va a Lozoyuela,
de guisa la vi
que me hizo gana
la fruta temprana.
III
Garnacha traía
de oro, presada
con brocha dorada
que bien parecía.
A ella volví
diciendo: «Lozana,
¿y sois vos villana?»
IV
«Si soy, caballero;
si por mí lo habedes
decid, ¿qué queredes?,
hablad verdadero.»
Yo le dije así:
«Juro por Santa Ana
que no sois villana.»
(Iñigo López de Mendoza. Marqués de Santillana: “Serranilla III”)
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