Veinte
años tienes —hoy me dije—
veinte
años tienes, Dámaso»,
y
los novios pasaban por la calle
cogidos,
cogiditos de la mano.
Y
me puse a leer un libro viejo
y
a escribir unos versos, donde canto
el
amor y la dicha de ser joven
cuando
hace sol y está florido el campo.
Hoy
me miré al espejo, y luego dije:
«¡Alégrateme,
Dámaso,
porque
pronto vendrá la primavera,
y
tienes veinte años!
(ALONSO,
Dámaso: «Veinte
años»)
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