lunes, 17 de febrero de 2014

Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)[esp], _Soneto_, «A una nariz»



     Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;

     era un reloj de sol mal encarado.
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.

     Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egito,
las doce tribus de narices era;

     érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal morado y frito.

(QUEVEDO, Francisco de: “A una nariz”)

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